viernes, 30 de julio de 2010

POR LOS CAMINOS DEL KUNG FU



Aproximadamente a la corta edad de diez años, época cuando comencé a trabajar como limpiador de zapatos, vendedor de periódicos, Pan de Tunja, Cuajadas, Conserva, limpiador de jardines y con mi escardilla las tumbas en el cementerio el día de los muertos, labores que para mi eran recompensadas todos los días entre las tres o cuatro de la tarde, cuando un grupo de muchachos visitábamos el río tocuyo, específicamente el paso de “Los Cocos”, lugar que obligatoriamente transitaba toda persona que vivía en el Caserío “Los Cocos” o “La Otra Banda”. Recuerdo que nosotros apostábamos a quien se tirara de lo más alto del cují al charco, quien aguantara más sin respirar debajo del agua, casi siempre era yo quien ganaba las apuestas, hasta que llegó un muchacho de unos 14 años que nosotros le decíamos “cagalera”(1) quien sacaba de las cuevas los bagres y cascarrones en el charco de “Las Estacas”, cosa que también yo hacía pero con miedo. Una vez llegó a El Tocuyo un pequeño Circo y entre tantas cosas que presentaron, me llamó poderosamente la atención una demostración que realizó un hombre de unos 40 años de edad, que se colocó un pie sobre la cabeza y lo hacia a cada rato y ninguna dificultad. Cuando salimos casi todos los muchachos imitando el espectáculo lo hacíamos y la gente se pararon a vernos y se reían de nuestra habilidad natural para ejecutar los ejercicios. Al día siguiente yo me quede alrededor de la “Bomba Cuba” limpiando zapatos y como a las seis y media me fui para el circo que quedaba en el terreno donde funciona hoy día la emisora “Kontacto”. Como llegue más temprano, cuando comenzó a llegar la gente, algunas personas que me había visto el día anterior, comenzaron a decir: “¡mayona! ponete la pata en la nuca y te doy una locha”, entonces yo lo hice y lo repetía varias veces, y la gente gozaban, pero yo no me daba cuenta que también era porque como yo no usaba interiores, se me veían los testículos y algunos que me daban medio (0,25) me decían: “una locha por la pata en la nuca y una locha por ver la cholita”. Al día siguiente por la mañana me puse a practicar, a inventar hasta lograr ponerme los dos pies en el cuello. Al llegar a la Bomba Cuba con mi cajón de limpiar zapato, le dije a uno de los muchachos, mira lo que invente: me puse los dos pies en la cabeza y me quede un rato pa que me vieran, eso se lleno de gente, y me decían: “andá pal circo”. Por la tarde me fui para el circo y estando cerca de la entrada la gente me decían: “mayona quebrate, enrrollate”. Entonces yo lo hice, pero uno de los dueños del circo salio y me dijo: “epa carajito, deje la vaina ya, vamos vamos, a echar vaina a otro lao”. Yo recogí el cajón y me quede mirándolo, y me dijo: “vamos pues ¡carajo!, vamos pues te dije ¡nojoda!”. Yo me fui pa´ la casa y al día siguiente cuando llegué al “Caballo Blanco” a buscar los periódicos, me dicen: “anoche en el circo, la gente decían presenten a mayona, presenten a mayona”. Cuando pasé por el circo con los periódicos, me paré a ver los monos y los perros que no tenían las dos patas de alante, entonces me dice el señor que se coloca el pie en la cabeza: “epa, quien es el que se coloca los dos pies en la cabeza”, y le dije yo, yo soy, y sin perder tiempo me los puse y él llamó al dueño y le dijo: “venga pa’ que vean esto”, yo me quedé un buen rato para que me vieran bien, y de pronto dijo uno de ellos: “vamos a presentarlo esta noche, a lo mejor le gusta a la gente”. Así fue como comencé a presentarme públicamente, inventando algunas posiciones para impresionar a la gente. Recuerdo que una vez ”El Indio”, el Señor Merquiade Castillo, me llamó: “vení acá pa sacarte una foto”, yo inmediatamente me puse los dos pies en la cabeza y él me tomo una foto con la cámara de cajón y me dijo que esperara. Yo estaba muy emocionado de saber que iba a tener una foto con los pies en la cabeza. Años más tarde la gente se había olvidado que yo me doblaba y menos saber que yo había inventado otras posiciones. Un día viendo un libro de defensa personal, yo mande a hacer un mono deportivo muy parecido al traje del karate y le llegué al indio: Señor Merquiade sáqueme varias fotos que yo se la voy a pagar. Entonces me puse el traje y le hice diferentes posiciones, quedando el Indio impresionado: “!muchacho¡, ¿quien te enseñó esa vaina?, te párese a una culebra. Al siguiente día, cuando fui a buscar las fotos me dijo: “mirá, tú con esta vaina te pode presentar en la televisión, es que tú sos como una culebra, eso le va a gustar a la gente, tú sos como un hombre culebra, sii, el hombre culebra”. Como poco asistía a las clases, libraba la clases para ir a limpiar o trabajar en lo que saliera, recuerdo que estaba en cuarto grado (repitiendo) mi madre durante la semana por lo menos me echaba una pela con un rejo de chivo que siempre colgaba detrás de la puerta, cansada de esta situación, habló con el monseñor Orozco del (asilo) Hogar San Antonio para que hiciera las diligencias en conseguir un cupo en el Internado de Menores de El Eneal (Municipio Crespo). Allí estudie durante tres años, aprendiendo adema de la primaria, la carpintería, Herrería y agricultura, siendo uno de mis maestros Cheo Hernández Prisco, quien para ese tiempo estaba comenzando como cantante de música venezolanas. Cuando salí del internado comencé a trabajar durante dos años en un taller de carpintería con el Señor Ceroli, luego en un taller de herrería con el Sr. Pedro, quien todos los fines de semana tenía como costumbre ir para el llano a cazar venados, lapas y cachicamos. Bueno, así fue pasando el tiempo, hasta que ya trabajando en el Cine Carvajal, primero como ayudante del operador, quien era para ese tiempo el Señor Crispín popularmente conocido como “Las Mosca”. Luego (un año más tarde) comencé a trabajar como el portero, logrando conocer a muchas personas y tener muchos amigos que me recordaban la época de “mayona”. Estando allí como portero fue que me ofrecieron una cola en un camión que llevaba una carga de tomates para Caracas. Voy con mucha ilusión de presentarme en la televisión, pero no fue tan fácil. Al principio tuve que trabajar en el mercado de coche, seleccionando los tomates y luego en una compañía de gas como lector, cosa que me fue muy útil, ya que conocí calle por calle de casi toda Caracas. Cuando pasaba por la segunda trasversal del Paraíso, tenía que entrar obligatoriamente a la “Escuela Superior de Kung fu” a tomar nota del medidor de gas. Allí me quedaba boca abierta viendo el entrenamiento que hacían los estudiantes, es que me gustaba demasiado, pero no tenía dinero para pagar la inscripción y comprar el uniforme. Una hora después seguía con mi trabajo, casa por casa, a veces me regalaban una arepa rellena, y cuando no me la ofrecían, yo buscaba conversación y les decía: “estos números si están alto, este mes como que le va a salir más caro, pero no se preocupe que yo le voy a echar una descuentaita” y así conseguía que me dieran una arepa o café.
Una vez que visitaba el Parque del Este, vi una demostración de un hombre que descalzo caminaba sobre vidrios y tizones ardiendo, esto llamaba mucho la atención a todo el publico. Unos amigos que vivian en Las Vegas le dicen al Señor “Pepito”, quien era el animador, que me presentara para que vieran al “hombre de goma”. Pepito dice: “suba el hombre goma, ¿quien es?”, ¡yo¡ grite y levanté la mano. La gente me miraban y gritaban: ¡suba, suba, suba!. Tan pronto llegue a la tarima, como yo cargaba puesto un mono deportivo, solamente me quite los zapatos y sin perder tiempo me puse los dos pies en la cabeza y la gente se quedo muy sorprendida. Realice como cuatro posturas diferentes y el publico pedía más, entonces repetí las posturas quedándome más tiempo en cada una para que observaran mejor la posición. A partir de esa fecha fui contratado para actuar todos los domingos en El Parque del Este y fue allí donde uno de los productores de Venevisión me invitó para hacer una demostración en el programa “Sábado Sensacional” con Amador Bendayan. Así comencé en la televisión venezolana, presentándome en diferentes programas y en distintas Novelas de los años 70, actuando además en varios documentales para el cine, muy especialmente uno titulado: “El Hombre Culebra” realizado por “Tiuna Films”.
Al finalizar una de las demostraciones en “El Parque del Este”, una señora se me acercó y me dijo: “lo felicito por lo que hace, pero le recomiendo que visite la Escuela de Yoga que está cerca del Silencio”. Al día siguiente fui a ver la escuela y me comunique con la maestra del centro, quien al rato de conversación me solicito que le hiciera una demostración de mis habilidades. Al finalizar me dijo: “¿con quien aprendió usted hacer estas posturas?”, yo le dije con nadie. Entonces me invitó a practicar todos los sábados en la mañana: “usted tiene mucho dominio, solo le falta ordenar sus emociones, debe relajarse un poco más”. Debo manifestar que todo lo que yo hacia lo había inventado, y que fue allí que logre entender que todas estas posturas existían en el Yoga, conocidas como asanas. Poco a poco comprendí y valorice cada una de las posturas que conocía, aprendiendo a respirar y como uno relajarse para dominar más cada uno de los movimientos.
Tan pronto me pagaron una de las demostraciones en la televisión, visité el “Gimnasio Tak” de la Escuela Superior de Kung Fu del Paraíso y pague la inscripción, el uniforme y un año de mensualidades. No me perdía una clase, estaba demasiado enfiebrao, tanto que en poco tiempo logré patear el saco más alto del patio y hacer casi a la perfección la primera rutina: “Siete Estrella” del estilo Pak Hok Pai (grulla blanca) que dirige el gran maestro Chu Huen Tak. Recuerdo que una vez vi a “El Tigre” practicando con otro instructor y tan pronto habían terminado, le dije: Vamos a echar una practicaita, y mirándome con una cara de cañón me dijo: “yo no estoy aquí para jugar con nadie”. Años más tarde, cuando yo ingrese a la Escuela de Kung fu “La Danza del Dragón” (alumno Número 13), hice una demostración en el gimnasio del IND de “La India” y se me acercó un practicante del estilo Pak Hok Pai y me dijo: “Vamos a echar una practicaita” y de pronto me quede en silencio recordando ese momento del pasado y le dije: “vamos, vamos a echar una practicaita”. Al rato de estar intercambiando algunas técnicas básicas, me dice: “tú sabes este estilo” y le digo: yo practique un poco en el año 74 y luego seguí en el 76. Me dice: “Aquel que nos está viendo desde las gradas es mi maestros, tú lo debes de conocer, es “El Tigre”, fue él quien me dijo que te pidiera que echemos una practicaita”. Entonces le dije: me lo saludas y le dices que siempre lo recuerdo con mucho respeto, pero dile, que si se puede echar una practicaita.
Mientras estaba estudiando en la Escuela de Kung Fu “La Danza del Dragón”, recuerdo que ocurrieron muchas cosas, debido a la fama que estaba tomando la Escuela por la gran variedad de estilos (Tai Chi Chuan, Mantis, Shaolin, Pa Kua, Xing-yi, Pa Chi etc.) que allí enseñaban los maestros Su Yu Chang y Tai She Che, especialistas recién llegados de Taiwán. De pronto en plena clase lanzaban piedras, botellas o latas para molestar el entrenamiento, todo debido a que muchos estudiantes de otras Escuelas de Kung Fu se habían retirado para ingresar a “La Danza del Dragón”. Una vez llego un chino con un grupo de alumnos a desafiar a los maestros y a los alumnos de la escuela, entre los alumnos, me toco enfrentarme con uno que tenia las uñas largas y me araño la cara, provocando en mi una arrechera que no pude controlar y llorando del ardor, me le fui encima hasta que lo tumbe y lo agarre por el pescuezo con intenciones de ahorcarlo, pero en ese momento la gente gritaban y el chino en defensa de su alumno me iba a golpear por la espalda, pero fue detenido por el maestro Su y casi se iban a enfrentar a golpes, fue que el Señor Luis Chang y el maestro Tai She Che lo evitaron. Entre otras cosas que recuerdo, fueron las clases que a diario recibía de uno y del otro, ya que yo ayudaba a barrer y a dar el calentamiento mientras que los maestros llegaban de la planta alta donde funcionaba la cocina, donde aprendimos a beber el te y a preparar comidas chinas. Esa época fue muy maravillosa para mí, debido al conocimiento que traían estos maestros de China, ya que no solamente conocían las Artes Marciales, sino que eran expertos en medicina y filosofía tradicional China, cosa que en nosotros los venezolanos era poco conocida.
Como ya yo era conocido, debido a las actuaciones que hacia en la Televisión y en el Parque del Este, participando en “Artes de Venezuela” que dirige el maestro Levy Rose, me encontré a la salida un grupo de médicos e investigadores de España y Francia que estaban residenciados en el Hotel Caracas Hilton, quienes andaban con un camarógrafo de Radio Caracas Televisión. “Este muchacho hace unas cosas increíble”, le dice Miguelangel (el camarógrafo) a los investigadores, ¿qué es lo que hace? dicen ellos. “Él se doble como una culebra, tiene el cuerpo como de goma”. Entonces dice uno de ellos: “Lo podemos grabar mañana sábado” y me dice Miguelangel: “estos que están haciendo ellos es muy importante, nos vemos mañana en RCTV a las nueve”. Bueno al día siguiente llegue como a las ocho y media, allí me encontré en el cafetín con varios amigos que trabajaban en las novelas y me dijeron: “es verdad que vas a trabajar desnudo en un documental”, ¡Como! les dije yo, ¡desnudo! “si, y que te vas a doblar desnudo”, ¡siee carajo! les dije. Al rato llegaron los españoles y me llamaron a conversar, me explicaron que ellos estaban haciendo un estudio de la desnutrición y anatomía de América Latina, que si yo no tenía ningún problema en hacer la demostración desnudo. ¡Desnudo¡ le dije, “desnudo, es más fácil para poder evaluar las condiciones físicas”. Bueno vamos a hacerlo. Recuerdo que la filmación se realizó en el pico del Avila, tengo algunas fotografías y un rollo de película en Super 8mm., que me regalaron uno de ellos que cargaban varias cámaras pequeñas.
Dos años después yo estaba de visita en El Tocuyo, y llegaron dos fotógrafos de España, que me andaban buscando para realizar una serie de fotografías en distintas posiciones del rostro, ellos cargaban un catalogo donde yo tenía que imitar las posturas de la cara. Todas estas fotos eran para hacer una serie de dibujos animados que se iba a titular “El Hombre Culebra” (Snakeman). Recuerdo que mi amigo Jhony Pérez, unos días antes me había tomado varias fotografías para participar en un documental que el Ministerio de la Juventud iba a realizar en Barquisimeto sobre “El Hombre Culebra”, la demostración la hice en la Casa de la Juventud, cerca de la UCLA.
Después que me presente en la televisión, la primera demostración pública que hice en mi pueblo, fue durante uno de los primeros Carnavales Turísticos de El Tocuyo. Recuerdo que fue en la tarima principal que estaba en la Avenida Fraternidad, allí un grupo de la comparsa de “Los Indios del Calvario” me levantaron en posición de los pies en la cabeza y me presentaron al público que estaba totalmente sorprendido del espectáculo. Luego me presente en el “Club Concordia”, el cuartel “José de La Cruz Carrillo” y en La Casa de la Cultura “José Ángel Rodríguez López”. Todos estos espectáculos fue la base para luego participar en distintos lugares del país, entre ellos en Boconó con Los Golperos de El Tocuyo, en las Ferias de San Felipe, Maracaibo, Valencia y San Cristóbal.
Una vez estando en Caracas en el año 1974, en el Silencio encontré una revista titulada: “Budo – Revista de Las Artes Marciales” Octubre - Noviembre No. 3 de 1972, publicada en Barcelona España. Allí en la página 14 dice: “Sea Vd… colaborador – corresponsal de “La Revista de Las Artes marciales”. Esto me motivó a enviar inmediatamente una carta ofreciendo mis escritos, la cual me aceptaron como colaborador para Venezuela. Así fue como me inicie como corresponsal a nivel internacional, participando con pequeños artículos sobre las artes marciales en Venezuela. Poco a poco fue creciendo mis relaciones con instructores y maestros de distintos estilos y escuelas de las artes marciales a nivel mundial. Logrando a través de estos instructores y maestros Cinturones Negros conocer otras revistas de España, Francia, Inglaterra, Alemania, Australia, Bélgica, Italia, México, Argentina y Colombia en las cuales más tarde participe como corresponsal para Venezuela y América Latina.
¿Cómo Logre publicar mi primer libro de Artes Marciales?. Parece mentira que esto no ocurrió en Venezuela. Como vamos a creer que los editores dueños de las principales editoriales de mi nación vayan a tomar en cuenta a un desconocido sin dinero y menos que sea un campesino larense. Como yo ya había escrito varios artículos para las revistas especializadas en las artes marciales a nivel mundial, y no estando conforme con algunos libros que se había publicado sobre el kung fu, comencé a realizar algunas investigaciones sobre el origen del Kung Fu en China, muy especialmente del Templo de Shaolin, para reafirmar en mi la realidad existente de esta herencia que los chinos muy celosamente conservaban de sus antepasados. Así di comienzo a ordenar algunas ideas que poco a poco fui aprendiendo de mis primeros maestros e instructores de las artes marciales chinas en Venezuela y Latinoamérica. Esto ocurrió, creo yo que fue por suerte, claro está que si uno no está preparado para recibir esta suerte no sabrá aprovecharla. Cuando comencé a escribir sobre las artes asiáticas, el primer ensayo que hice fue “Las Artes Orientales”, dedicado especialmente al Yoga. Como ya tenia varios escritos muy distintos a los textos publicados en las revistas de España, México y Argentina, y muy especialmente en los primeros libros que salían para los pueblos de habla hispana, los ordené en un libro que titule como: “Kuen-Tao Kung Fu”, el cual ofrecí a varias casas editoras en distintas ciudades venezolanas, sin recibir respuesta de estar interesados en publicarlo. Recuerdo que visitaba todas las librerías para ver distintos libros y así estar al día de las diagramaciones y conocer otras editoriales para escribirles y ofrecerles mi pequeño libro sobre Kung fu.
Así me hice hombre. Aún siendo niño y recuerdo que con mi cajón en varias oportunidades, después de limpiarles los zapatos, me pegaba como un chicle detrás de los músicos que en su mayoría, iban a pagar promesas y a dar serenatas. En ese andar de un lugar a otro tuve la oportunidad de ver varios enfrentamientos a palo que surgían al final de las promesas. A la edad de nueve año (1965), hacia los quehaceres que la gente solicitara. Los fines de semana era segura mi presencia en la antigua “Bomba Cuba”, donde funcionaba un patio de “Juego de Bolo Bolivariano”. Allí ganaba un bolívar de plata como garitero, por solo lanzar (regresar) la bola y parar el doce (la mocha), el siete y el cinco (tres palos) cada vez que los jugadores los tumbaban. Una vez, como a las cinco de la tarde, un hombre con liquiliqui blanco y sombrero de cogollo, lanzó la bola y tumbó la mocha (el palo más grande) y del golpe tumbo otro palo y saltó fuera del matacho. Enseguida comenzó una discusión, señalándolo como un jugador tramposo y ayudao. Fue atacado con cuchillo y garrote por su adversario de Juego de Bolo, quien se lanzaba contra él. Llegaron ambos al centro del patio de juego. Como yo estaba al fondo y no había ninguna forma de salir, presencie una pelea extraordinaria, claro está que el temor me acompañó, quedándome sin palabras. Las malas intenciones del hombre vestido con pantalón de caqui y botas amarillas, al lanzar las puñaladas y garrotazos a diestra y siniestra, le hacían perder el control y equilibrio, recibiendo un sombrerazo por la cara cada vez que atacaba al hombre del liquilique blanco. Esto me impresionó tanto, al ver la cara hinchada por los sombrerazos y más porque la gente en los botiquines cuando les limpiaba los zapatos decían que ese hombre del liquiliqui había aprendido a jugar garrote con el diablo.
Mi inquietud por la Cultura Popular Larense se inicia en el año 1979, cuando conocí al Capitán Mayor del Juego de “la batalla”, maestro Domingo Escalona. Lo invité a participar con demostraciones especiales del Juego de Palo en los eventos regionales de Artes Marciales, donde poco a poco fui conociendo algunas técnicas básicas del Juego de Garrote. Fue cuando, a través de mi amigo Víctor Domínguez, comencé a visitar todos los domingos en horas de la mañana al maestro Domingo en el caserío “Los Ejidos”. Así conocí un poco más de su andar en el mundo del Juego de Palo. Todos estos conocimientos conservados de generación en generación, lograron mover mis sentimientos motivándome a iniciar más seriamente un trabajo con el propósito de divulgar esta sabiduría pueblerina a las nuevas generaciones. Le solicité al maestro Domingo Escalona que me permitiera sacar algunas fotografías para hacer un folleto o pequeña revista. Recuerdo que para hacer las 36 fotos en blanco y negro, me acompañó mi compadre Víctor Domínguez, eso fue en la vía hacia Sanare, después de “Las Adjuntas”, exactamente el día domingo 16 de enero de 1981.
Un año más tarde, el día 13 de junio de 1982, conocí al maestro José Felipe Alvarado a través del maestro Domingo Escalona, quien me dijo: “Ese señor alto que usted ve, es José Felipe Alvarado, él fue uno de los últimos discípulos de León Valera y sabe muchas cosas que el maestro le contó sobre el Juego y de su padre el musiu”. Desde esa fecha comencé a visitar a todos los maestros jugadores de “la batalla” y de garrote. Un mes antes, el primero de mayo logré hacer una pequeña entrevista al Señor Luis Lucena Valera (nieto de León Valera) quien me recomendó hablar con el Señor José Felipe Alvarado, cosa que logré a finales de junio. Todos los domingos por la tarde le visitaba, ganándome primero su confianza y amistad para poder aprender, a través de sus cuentos, la historia del maestro León Valera. Allí fui recogiendo algunos datos sobre las vivencias de otros maestros jugadores de palo que aún estaban vivos, a quienes poco a poco visité para entrevistar y conocer la realidad de la existencia actual del Juego de Garrote. Debo manifestar con responsabilidad que la mayoría de estas personas habían abandonado el entrenamiento. Por ejemplo el maestro José Felipe Alvarado, cuando lo visité por primera vez, me dijo que él solo estaba jugando “la batalla” de vez en cuando para cumplir a San Antonio, y que muchas cosas del juego como tal se le habían olvidado. A finales de año 1982 conocí al maestro José de Los Santos Pérez, quien había sido el compañero de juego del maestro José Felipe Alvarado. Le motivé para que recordara algunas técnicas del juego del maestro León Valera y me dijo: “venga de este domingo en ocho, que nosotros vamos a recordar algunas cositas”. Así lo hice, llevándome una cámara para tomar algunas fotografías de lo que allí pudiese ocurrir. Lo primero que me sorprendió fue la habilidad, armonía y picardía cuando atacaban y defendían los palos, y la alegría que expresaban al saber que nuevamente la gente se estaba interesando por el juego de palo, sin poder ocultar el deseo de querer transmitir sus conocimientos a la generación de relevo. Ese día domingo, fue la primera vez que surgió la idea de crear una Escuela de Garrote que funcionara en El Tocuyo, la cual se logró años más tarde. De inmediato comencé a recoger informaciones sobre la vida del maestro León Valera, conociendo a otros alumnos y a uno de sus familiares, entre ellos visite nuevamente al señor Luís Lucena, quien me permitió reproducir algunas fotografías del maestro León Valera y muy especialmente una foto muy antigua que su madre había conservado del Isleño Juan José Venero, padre de León Valera. Una de las cosas que logré conseguir con el señor Luís Lucena, además de algunas informaciones sobre otro isleño que llamaban Temeré Pacheco y a quien le acreditaban ser un gran peleador con palo, fue un garrote “caña de indio”, el cual donó, tan pronto le manifesté que se va a crear una escuela que llevará el nombre de León Valera, y él me dijo: “este garrote que le entrego, fue el último que él usó durante doce año”.
A través del señor Luís Lucena, conocí en el año 1983 a otros jugadores y alumnos de León Valera, el primero, el maestro Eloy Peraza, quien me manifestó que tuvo la oportunidad de ver varias veces duelos a palos entre jugadores del caserío “El Lamedero” contra jugadores del “Palo Pachequero” de “Los Hornos” de El Tocuyo. De acuerdo al maestro Eloy Peraza, ambos juegos no tienen cuadro, y pocas veces se observa que los movimientos sean continuados, o sea, que se interrumpe sin seguir ninguna secuencia. El segundo que conocí en 1988 en el caserío “Cocorote”, vía Guarico, fue al poeta Juan Genaro Castro, quien conserva muy buenos recuerdos del maestro León Valera, como persona con un alto nivel de valores y experiencias sobre la vida, hablándome sobre los grados de conocimientos que se alcanzaban a través del Juego de Garrote. Me regaló una vieja fotografía donde aparece el maestro León Valera con sus alumnos: Domingo Escalona, Hermógenes Perdomo y su nieto Concepción Lucena en la Casa de la Cultura de El Tocuyo en el año 1945. “Una de las personas”, me dijo el poeta Castro, “que aprendió las siete líneas del juego, fue mi tocayo Juan Yépez de “Los Ejidos”, quien fue compañero y discípulo del maestro León Valera. Esa misma tarde, del día lunes, fui al caserío “Los Ejidos” en busca del maestro Juan Yépez, pero no lo encontré. Me informaron que él vivía en el barrio “La Coqueta” en casa de un hijo, donde iniciamos una pequeña conversación sobre el maestro León Valera y de otras personas de muy buena reputación como jugadores de palo.
La primera vez que vi jugar garrote al maestro Juan Yépez, fue en una promesa a San Antonio que se realizó cerca de su casa. Allí, hizo una demostración de sus habilidades en el manejo del palo, pocas veces presentadas en público.
Estas cosas me motivaron a iniciarme en la investigación para conocer y aprender algo sobre juego del palo, visitándoles los fines de semana para recoger algunas informaciones sobre los maestros y el juego de León Valera. Un día, estando en la parada de “Los ejidos” me encuentro con el Señor Juan Yépez, y él me pregunta: ¿De donde viene? Y yo le digo, que estaba haciendo una entrevista al maestro Domingo Escalona, entonces me dice: “Yo también se algunas cosas del maestro León que se las puedo decir, si usted las necesita”. Entonces, le digo como no –Usted está muy apurao- me dice. No, no, le digo, “entonces vamos pa´llí, pa´la casa” me dice. Ese día logre reafirmar y aclarar muchas dudas que vivían en mi mente, porque estoy nada más y nada menos, hablando con todo lo que es un maestro de este arte venezolano. Entonces, desde 1992, me he propuesto a escuchar a todos los tamunangueros y jugadores de garrote, muy especialmente a los maestros octogenarios que han heredado directamente el Saber del Arte en el Juego del Palo Venezolano, para transcribir sus palabras y sembrarlos, a través de varios libros en el alma del Pueblo Venezolano.
Un día estando de visita en Barquisimeto me encontré, cerca de la Plaza Bolívar, a Eduardo Sanoja, a quien conocía desde hace varios años (cuando yo enseñaba Kung-fu en la “Casa del Maestro” de Barquisimeto. “¿Cómo está El Tocuyo?”, me preguntó Sanoja, “te invito para que veas la exposición sobre los jugadores de garrote en el museo de Barquisimeto, estamos cerca, vamos”. Como ya había terminado de hacer mis diligencias, acepté la invitación. Recuerdo que eran las once de la mañana de un día jueves, abril del año 1993. Al llegar al museo, la secretaria le dice a Sanoja que debe ir al “Colegio de Médicos”, que le han llamado varias veces por teléfono. Entonces Sanoja le dice a la joven que me atienda y me muestre la exposición de garrote. Comienzo a recorrer la sala y a leer muy cuidadosamente el contenido de cada una de las fotografías de los maestros y seguro estaba de encontrarme con alguno de los que ya conocía, pero no fue así, me sentí un poco mal, al saber que no habían jugadores de El Tocuyo y menos de Los Humocaros o Guarico, solo al final una foto del maestro José Felipe Alvarado acompañada de los dos garrotes originales del maestro León Valera. Esta situación, por primera vez me movió hasta el alma. Me sentí muy preocupado, y me dije ¡esto no puede ser!, tengo que hacer algo. Será que acaso ya no hay jugadores de garrote en El Tocuyo. Al siguiente día, busqué en las notas que tengo e hice una lista de todos los jugadores que he registrado y que están vivos, para conversar con cada uno de ellos y proponerles hacer un festival de demostraciones de los distintos juegos de garrote de todo el Estado Lara. Inmediatamente me comuniqué con el Alcalde, Señor Asterio Pérez y le propuse la idea de realizar un Festival de Jugadores de Garrote, con el sano propósito de retomar, para conservar, este arte vernáculo venezolano. Así se dio comienzo al “Primer Festival del Garrote”, el cual se realizó en la Plazoleta de la Casa de la Cultura en septiembre de 1993, logrando grabar el evento en video para hacer un análisis sobre la realidad existente del Juego de Garrote. Toda esta experiencia, más las fotografías de los jugadores, se utiliza para hacer una pequeña revista o folleto que titulé: “El Juego del Garrote Tocuyano” Vol.1, y así estimular a las nuevas generaciones a practicar este arte popular larense. Al año siguiente (1994) solicité mayor apoyo, y se logró la sede para la ansiada Escuela de Garrote “León Valera”, la cual fue inaugurada por el Alcalde del Municipio, e invité para el Segundo Festival de Garrote a jugadores de otros municipios como: El Patio de Juego del Maestro Mercedes Pérez, Eduardo Sanoja, Félix García, Ambrosio Aguilar, Ramón Mateo Goyo, Los hermanos Campos de Carora y a una figura reconocida a nivel nacional, como es Don Víctor Morillo “El Tricolor de Venezuela”, quien con su actuación motivó a los estudiantes e hizo un llamado al gobierno nacional para que apoyen con respeto a este arte tradicional venezolano. Se publicó el folleto “El Juego del Garrote Tocuyano” Vol.2. Se colocan nuevas fotografías de otros jugadores e informaciones de otras parroquias del Estado Lara. Algunas exhibiciones del Juego de garrote se llevan a las escuelas básicas y centros culturales como La Casa de la Cultura y las Bibliotecas Públicas.
A partir del tercer festival, el evento (actualmente se han realizado XII festivales) fueron trasladados a otras parroquias como: Humocaro Alto, Guarico, Sanare, Curarigua y Barquisimeto con el sano propósito de promover en esas poblaciones el Juego de Garrote. Se logran dictar más de 300 talleres a los niños, niñas y adolescentes de las escuelas, liceos, bibliotecas y Asociaciones de Vecinos (Consejos Comunales).
En agosto del año 1998, nuestros maestros jugadores compartieron con otras comunidades a nivel internacional, organizando el “Primer Encuentro de Juego de Palo”, evento que se realizó en el Domo Bolivariano de Barquisimeto. Allí participan El Juego del “Palo Canario” representado por los maestros: Lic. Ángel González Torres y el Dr. Alejandro Rodríguez Buenafuente de la Isla de Tenerife, como también participó “La Capoeira” de Brasil, el palo Coreano, el palo filipino y el Juego de Garrote Venezolano. Participamos también como invitados, al “2do.Encuentro Internacional de Juego de Palo” y al “Primer Congreso Internacional de Jugadores de Palo” organizado por el Colectivo Universitario de Palo Canario de La Universidad de La Laguna de Tenerife, evento que nos abrió las puertas al mundo para conocer y ver de muy cerca otros conocimientos sobre los distintos métodos tradicionales del juego de palo.
Todas estas experiencias recogidas desde 1979, las fui ordenando, gracias a los consejos de mi gran amigo el Prof. Raúl Colmenares Guédez, cronista de El Tocuyo, quien me motivó para plasmar en el papel cada una de las sabias palabras de estos tesoros vivos, con el propósito de escribir un libro, titulado: “El Juego del Garrote Arte Tradicional Venezolano”, que en mayo del año 2000 fue publicado y patrocinado por la Alcaldía del Municipio Morán. Este texto que ha sido utilizado por los estudiantes de las Escuelas y Universidades para fortalecer trabajos culturales, hoy día es de uso obligatorio por los trabajadores culturales, estudiantes de la “Misión Cultura” e investigadores de nuestra región, a quienes agradezco por comenzar a valorizar a nuestros maestros del campo. En este año se efectúa el “Primer Encuentro Municipal de Jugadores de La Batalla”, evento que se realizó en el caserío de Boro Santa Teresa.
Lamentablemente, para quienes respetamos y apreciamos lo nuestro, con olor a tierra buena, a gente hermosa del campo, injustamente nos fue arrebatado el lugar donde a diario nos encontrábamos para hablar de la vida para el hombre, por seres antipatria, “venezolanos” que tienen comprometida su alma a la oscuridad. Esto ocurrió el 11 de octubre del año 2000, cuando un grupo de hombres que deben servir y ser útiles a la patria se prestaron para robarle a nuestro pueblo una sede que le pertenecía al estado, por no haber dejado la verdadera dueña herederos. Pero esto no nos hizo desaparecer, ya que somos la semilla que recibirá la tierra para un nuevo nacimiento, que tanto en el pasado, como en el presente y en el futuro, se conocerá como El Juego del Palo o Garrote.
El 11 de octubre del año 2008, se cumplen ocho años (sin sede) del intento de asesinato del Vernáculo Arte del Juego de Garrote, que aún espera que el “Gobierno Municipal de Morán” le conozca, para que con respeto le admire y sepa el valor de este venezolano que se niega aun sin una sede, a morir en su propio suelo. Tienen ustedes señores del Concejo Municipal la palabra…
En el año 2001 y 2002 se logran realizar varios eventos de promoción en distintas zonas del Estado Lara. Primero se dictaron varios talleres en las instituciones educativas y Culturales para luego organizar en Sanare la “Primera Feria del Garrote” y la “2da.Feria del Garrote” en la población de Curarigua. A finales del año 2001, hice una evaluación del texto que tengo sobre la historia del Juego de Garrote, la ordené, y preparé dos nuevos libros titulados: “La Historia de El Juego del Garrote” y “El Entrenamiento del Juego del Garrote”, los cuales fueron publicados por el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC) para ser distribuidos gratuitamente en todas las instituciones educativas y culturales del país.
Más tarde, en marzo del año 2003, fuimos invitados por el Colectivo Universitario del Palo Canario de Tenerife, al Encuentro Internacional de Deportes Autóctonos y Tradicionales “Beñesmer” 2003, donde participamos con varias demostraciones públicas y talleres sobre el Juego de Garrote venezolano. Proyecto que fue continuado en Venezuela con la visita de un equipo de jugadores del “Palo Canario” dirigidos por el Dr. Alejandro Rodríguez Buenafuente. Hubo demostraciones públicas y clases abiertas en las poblaciones de Humocaro Alto, Guarico, Sanare, Boro Santa Teresa y El Tocuyo. Se dieron reconocimientos especiales a los maestros de cada uno de estos sectores. Al final de esta jornada, se formalizó la creación de una “Institución Internacional para la Investigación del Tradicional Juego del Palo”, y participan, en representación de las Islas Canarias, el Dr. Alejandro Rodríguez Buenafuente, quien en presencia del Prefecto del Municipio Morán firmó el libro de Acta.
Todo esto ha permitido el reconocimiento y la valoración de los tamunangueros y jugadores de palo, perdurando en el tiempo este acervo cultural, a través de dos (02) declaratorias como Patrimonio Cultural Municipal, establecida: la primera con el Acuerdo Nº 2042 de fecha 19 de septiembre de 2005, donde se declara a “El Juego de Garrote” como “Patrimonio Cultural Municipal”, y se establece en el Municipio Morán, el 30 de octubre como: “El Día de El Juego del Garrote”, en homenaje al nacimiento del maestro León Valera, creador de la Escuela de “Las Siete Líneas” del Juego de Garrote. La segunda con el Acuerdo Nº 29 de fecha 24 de mayo de 2006, cuando se establece en el Municipio Andrés Eloy Blanco, el 31 de agosto como: “El día de El Empate del Garrote” y se declara a “El Empate del Garrote”, como “Patrimonio Cultural Municipal”. Actividad propiciada por mi maestro Ramón Mateo Goyo de Sanare, con quien tuve la oportunidad de dictar cursos y talleres en todas las parroquias del Estado Lara. Todo esto permite la legitimación de un valor cultural estadal incalculable y un trabajo de investigación y difusión de gran trascendencia social que con mucho cariño y esfuerzo he logrado realizar, gracias a todo el pueblo larense, y muy especialmente a los maestros octogenarios de este arte vernáculo venezolano.
Desde el año 2003, estoy recopilando algunas informaciones para fortalecer los textos anteriores, logrando como resultado, la publicación de la “Enciclopedia Autodidáctica sobre El Juego de Garrote Venezolano”, en Cinco Volúmenes: Tomo Primero: La Historia, Tomo Segundo: El Método, Tomo Tercero: Testimonios, Tomo Cuarto: Testimonios 2da. Parte y Tomo Quinto: La Batalla, que serán publicados contando con el apoyo del Consejo Autónomo de Cultura del Estado Lara, el CENAL y el IAEM del Ministerio del Poder Popular para la Cultura.
Con motivo del Tercer Encuentro Internacional de Jugadores de Palo, realizado en Tenerife - España, la Alcaldía de San Cristóbal de La Laguna y el “Colectivo Universitario de Palo Canario” (CUPC) de la Universidad de La Laguna de Tenerife, publicaron un libro que escribí en El Tocuyo y que presente durante mi permanencia en Tenerife en el año 2003, titulado: “El Regreso del Palo Chico a Canarias” (160 páginas), obra que he donado los derechos de autor al “Colectivo Universitario de Palo Canario” (CUPC), con el propósito de ayudar a promover todos los eventos que se realizan a nivel internacional para estimular a las nuevas generaciones a conocer y retomar sus juegos y deportes tradicionales.

Le aprecia y respeta su amigo
Argimiro González



“Haz a los otros el bien que quisieras para ti.
No hagas a otro el mal que no quieres para ti;
son los dos principios eternos de justicia natural
en que están encerrados todos los derechos
respecto a los individuos”.

Simón Bolívar
15 de febrero de 1819

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